La Condamine
Conozca el verdadero Mónaco y su población local dirigiéndose al mercado de la Condamine, que se extiende a lo largo de la plaza de Armas. Esta amplia explanada se engalana cada mañana con puestos de frutas, verduras y flores frescas delicadamente perfumadas, rodeados de soportales a la sombra donde podrá tomar un café y comer algo mientras lee el periódico.
Este lugar de visita obligada para los monegascos dispone de un mercado cubierto con una veintena de puestos de especialidades monegascas, italianas, suroccidentales e incluso asiáticas... convivencia, calidad y diversidad son las palabras clave.
Tras esta primera parada, continúe su paseo hacia la rue Princesse Caroline (zona peatonal), el lugar ideal para pasear, comer, ir de compras o jugar con sus hijos en la pequeña plaza.
Al final de esta calle, podrá admirar Port Hercule, que originalmente era una bahía natural, y sus yates, con su gran explanada que acoge cada año eventos de fama mundial como el Jumping International de Monte-Carlo y el Monaco Yacht Show, así como la feria en verano y otoño, y el pueblo navideño en invierno. Aquí también se encuentra el estadio náutico Rainiero III y su piscina climatizada de agua de mar.
Al final del paseo marítimo, podrá hacer una pausa gastronómica en uno de los numerosos restaurantes frente al mar, donde podrá prolongar el placer de su comida con una velada musical. Durante el Gran Premio de Fórmula 1, este espacio se transforma en una zona de fiesta al aire libre.
No se pierda el legendario circuito del Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco. Observará los vibradores rojos y blancos a los lados de la carretera, que ayudan a los pilotos a ver dónde está el límite de la pista durante la carrera. Podrás ponerte en la piel de los pilotos ocupando tu lugar en la parrilla de salida, situada junto al supermercado Casino, y admirar las legendarias curvas Chicane y Rascasse.
Por último, el nuevo escenario de la Colección de Automóviles de S.A.S. el Príncipe de Mónacoinaugurado el 8 de julio de 2022, le hará retroceder en el tiempo para revivir los momentos más destacados de la historia de la familia principesca, con piezas únicas como el Chrysler que el Príncipe Rainiero III hizo traer especialmente de Estados Unidos para recoger a la Princesa Grace en el puerto, y el Lexus con cabina de cristal en la parte trasera, construido para la boda real de S.A.S. el Príncipe Alberto II y S.A.S. la Princesa Charlène en 2011.
Un barrio que combina historia y modernidad y que le conquistará por su encanto y sus colores locales.