Situadas en el corazón de Monte-Carlo, estas terrazas históricas le ofrecen un marco fotográfico único : de un lado, el azul infinito del Mediterráneo; del otro, la majestuosa fachada del Casino de Monte-Carlo y de laOpéra Garnier Monte-Carlo. Esta dualidad entre mar y patrimonio crea composiciones fotográficas dignas de las más bellas postales.
Visítelo a primera hora de la mañana para evitar las multitudes y aprovechar la suave luz dorada. A los fotógrafos les gusta especialmente el ángulo desde las escaleras, que ofrece una perspectiva grandiosa de todo el recinto.
Y no olvide vestir con elegancia , al fin y al cabo estamos en Montecarlo.