Cosechar bigarades de la A a la Z

Desde hace décadas, Mónaco evoluciona sin cesar, preservando al mismo tiempo los elementos que constituyen su ADN. Uno de ellos es la recolección de naranjas amargas.

Históricamente tierra agrícola, el país abundaba en cítricos, que servían de moneda de cambio a la población. La población local intercambiaba sus preciados alimentos por ron con los barcos mercantes que pasaban por allí.

Desde entonces, Mónaco ha crecido, y los cítricos siguen ahí, dando testimonio de la historia centenaria del país. Hoy, más de 1.000 cítricos florecen en las calles del Principado. Todos los años, en enero y febrero, los jardineros del Departamento de Desarrollo Urbano podan los diferentes árboles frutales y recogen las bigarades (naranjas amargas) que crecen en los árboles que bordean las diferentes vías de los barrios de Condamine, Moneghetti y Monte-Carlo.

Por ejemplo, la cosecha de la rue Grimaldi requiere el trabajo de diez personas durante una semana, que recogen unos 1.500 kg. Como en años anteriores, quien desee utilizar bigarades para hacer mermelada debe ponerse en contacto con los hortelanos locales.

Sin embargo, la gran mayoría de la fruta se destina a los cultivadores monegascos. Aunque el Liceo Rainiero III es uno de los afortunados, ya que procesa la fruta para hacer mermelada y pasta de fruta, es La Distillerie de Monaco la que recibe la mayor parte. Utilizando métodos tradicionales y seleccionando sólo las mejores materias primas locales, la única destilería del país produce licores, aguardientes y eaux de vie exclusivos.

La empresa, fundada hace varios años por Philip Culazzo, hace un uso inteligente de la fruta donde antes se desperdiciaba: "En lugar de ver los bígaros enviados al vertedero, estos frutos sin tratar se recuperan para hacer buenos licores". La colaboración Distillerie-Aménagement Urbain fue más que beneficiosa, ya que la proporción de productos desperdiciados descendió del 90% al ... 0%.

En sus locales, que albergan el alambique utilizado para la destilación, Philip Culazzo y sus equipos reciben las bigaradas -una media de 500 kg al día- e inician el proceso de transformación, desde la maceración hasta el embotellado y la comercialización. Es un saber hacer y una producción 100% made in Monaco, en el centro de un enfoque cada vez más eco-responsable.

Una cadena de suministro corta que evita los residuos y es muy apreciada por la población local. Por ello, la Distillerie de Monaco quiere expandirse y tiene previsto construir unas nuevas instalaciones en el barrio de Fontvieille que triplicarán su capacidad de producción hasta 600.000 botellas al año.

Para quienes deseen recoger algunas naranjas amargas, he aquí el calendario de recogida previsto por la Direction de l'Aménagement Urbain para las próximas semanas: - sector Condamine: rue Princesse Caroline del 29 de enero al 10 de febrero - sector Monte-Carlo: boulevard d'Italie del 29 de enero al 2 de febrero.